jueves, 3 de abril de 2014

Lola la poligonera que mola 068: El Día de la Marmota (AUTORIZADO PARA TODOS LOS PÚBLICOS)

 ¡ATENCIÓN! ¡NO TE QUEDES CIEGO! SI NO PUEDES LEER BIEN EL CÓMIC, HAZ LO SIGUIENTE: PINCHA SOBRE LA IMAGEN CON EL BOTÓN IZQUIERDO DEL RATÓN, Y CUANDO SE ABRA, DE NUEVO SOBRE LA IMAGEN CON EL BOTÓN DERECHO, Y DALE A VER IMAGEN. ¡YA PUEDES DARLE A LA LUPA, Y VERLO EN PANTALLA COMPLETA!

REFLEXIÓN Y CRÍTICA SOBRE LOS CÓMICS DE VIÑETAS DUPLICADAS Y "AUTOVIÑETAS":

En un mundo donde cada día todo está más automatizado (los cajeros de los hiperrmercados de autocobro, las gasolineras de autocobro, las compras y pagos por internet, hacer la declaración de la renta tú mismo ...) no podían faltar los cómics y viñetas de humor auto-modificables (¿¿¿???).

Hay cientos de programas de "crea tu propia caricatura", "crea tu propio cómic", "inserta tú mismo el texto personalizado en el espacio en blanco"... incluso, por qué no decirlo, las famosas fotos de Julio Iglesias o Chuck Norris con frases muy graciosas (hay algunas para mondarse, la verdad).
Lo audiovisual manda, y la mejor forma de "adaptar a los tiempos modernos" UN CHISTE o FRASE OCURRENTE, es hacerlo montado sobre una foto o dibujo.

Hace años todo empezó con inocentes Powerpoints, que cayeron en el olvido con la desaparición del Messenger, pero que con el tiempo se "reutilizaron" y rescataron en los actuales mensajes de Whatsapp. Ahora ese material asalta las redes, y de paso nuestros ordenadores, dispositivos móviles y televisiones, convirtiéndose en algo cotidiano, normal. Y hemos aprendido a convivir con ello.

La oferta no puede ser más atractiva: ser uno mismo el autor de sus propias historias, viñetas y dibujos, e interaccionar lo más posible en su elaboración y creación. El autoservicio llegó al cómic sin darnos cuenta, y tras la extinción del papel a causa de los medios digitales, y de que la mayoría de los cómics ya ni se impriman, lo próximo está siendo la extinción del dibujante o caricaturista. Los robots y el propio cliente se lo guisan y se lo comen, y el trabajo manual y de artesanía se pierde, como lágrimas en la lluvia (con permiso de Blade Runner). Los resultados quizá no tengan la misma calidad, pero todo vale en este mundo acelerado y sobresaturado de información y datos.

 Escribo todo esto sentado en la puerta de un supermercado, con un vasito de plástico al lado, a ver si me echan alguna monedilla. ¡Eh, señor, si me da un euro le dibujo su cara en este klínex usado!

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